jueves, 18 de marzo de 2010

Chisme... chisme

En el día de ayer la Policía Metropolitana de Londres atendió una llamada de emergencia del hostal B.H, en South Kensington, centro de la ciudad. Daniela Buendía, empleada de esta institución afirmó que vio a una mujer de unos 30 años, británica pero de ascendencia india, hablando con la Policía y a un hombre calvo de nacionalidad suiza quejándose con el amo de llaves: “Esa mujer está loca”.

La inesperada visita de la Policía respondió a una larga cadena de incidentes que se venían presentando en el hostal en los últimos días. La noche anterior, la mujer de origen indio, a la que nos referiremos con el nombre de Claudia, fue a bañarse a una de las duchas del tercer piso (pese a que vive en el segundo), que está justo en frente del cuarto de una mujer griega (a quién llamaremos Juliana) que vive con su anciana madre. Juliana le reclamó a Claudia por bañarse en las noches y no cerrar bien la llave del agua. Afirmó que ese ruido no la dejaba dormir. Al reclamo de Juliana le siguió un golpe en la cara de Claudia, al que Claudia respondió con tres más.

Antecedentes

Juliana, de unos 40 años de edad, tiene un largo historial de quejas injustificadas. Suele decirle al manager que el personal del ‘staff’ hurga entre sus cosas, algo que no tiene asidero porque ella siempre tiene en su puerta un letrero de “Do not disturb” y no permite que nadie cambie sus sábanas, limpie su lavamanos o aspire su cuarto. Ella se encarga de todo.

Esa misma semana, Juliana ya había tenido un altercado con el hombre calvo, al que denominaremos Daniel. El suizo solía apagar la luz del pasillo que da en frente de su cuarto (también en el tercer piso) todas la noches porque es muy fuerte y no lo dejaba dormir. Pero Juliana empezó a prender la luz justo después de que Daniel la había apagado. Daniel la volvía a apagar y Juliana la volvía a prender. Daniel, molesto, quiso hablar seriamente con Juliana y explicarle que esa luz no era necesaria en el pasillo porque había otras más que lo iluminaban, pero Juliana no le dijo ni una sola palabra y en cambio le tomó una fotografía con su celular. “Usted no debería estar viviendo aquí, debería estar en un sanatorio”, le respondió Daniel.
De la señorita Claudia se puede decir que nunca saluda a la gente del staff. Tuvo una conflictiva relación con una compañera de cuarto de nacionalidad alemana, que tuvo que mudarse al quinto piso porque no la soportaba. El amo de llaves del hostal afirma que la mujer india se tintura el pelo en los lavaplatos de la cocina molestando con eso a los residentes del tercer piso. María Fernández, residente del hostal y de nacionalidad española, afirma que en una ocasión Claudia había preparado una sopa con curry y que llenó la estufa de caldo. Ella le reclamó y la india le dijo que eso no era de ella, pero que si quería podía limpiar, pasó el dedo por el reguero y se machó.

Aunque la policía trató de servir de mediadora en el conflicto, en el día de hoy la discusión entre Claudia y Juliana se repitió en la cocina del tercer piso, lo que hace pensar que está historia todavía no termina.
PD. Cualquier parecido con Agencia Pinocho es pura coincidencia

4 comentarios:

  1. Cualquier parecido con Casa Vikoca también es pura coincidencia?

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  2. Jajajajaajajajajaj que gente tan incivilizada !!!!! Quedo pendiente de nuevos informes jajajajajaja

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  3. Qué pasa, bloguera, bloguista, blogpaisa, blogstranger... ¡queremos más historias! Están más bacanas que los titulares del diario oficial de Juanma... A escriiiiiibir; menos Beer más Writing... ¿Ya aprendiste cómo se dice 'parcera' en british? Saludos.

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  4. Holaaaa vivis! quiero leer mas! Qué pasó?

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